martes, 15 de abril de 2008

Editorial - Tercer Número de Campo 500

Por Jota Navarro



No en vano suceden las cosas. El tercer número de Campo 500 hace su aparición a comienzo de año, como un tapabocas para quienes no apostaban más que a dos números y, como una pequeña bienvenida para nuestros queridos (y nuevos) lectores.

Campo 500 nace un bar en un lejano mayo del 2007. Muchos meses han pasado desde entonces y, podemos asegurar que el proyecto de a poco ha ido agarrando forma y voz. El proceso ha sido lento, pero lo cierto es que ya estamos lo suficientemente comprometidos como para no dejarlo a medias. Para este 2008 apostamos a un trabajo mucho más acabado, con periodicidad establecida, con nuevo formato, con mayor cantidad de colaboradores y con nuevas ideas.

En mayor o menor grado, todos somos críticos. La diferencia radica en que este medio en ningún momento esconde la mano. No aceptamos que nuestra revista sea considerada como una pérdida de papel, estamos conscientes de que nadie nace sabiendo, que lo nuestro ha sido un aprendizaje en medio del camino, y que, al menos, nos estamos atreviendo a decir las cosas tal como las pensamos y a reírnos de nosotros mismos. Autocrítica, señores. Cosa que muchos de los que están leyendo ni siquiera saben hacer.

Apostamos, también, a una limpieza de cutis, a sacarnos esa imagen de bicho raro, de ratón de biblioteca. Estamos abriendo camino, nos estamos atreviendo, en primer lugar, a ser dueños de nuestras palabras, como así también nos atrevemos a diseñar, a escribir, a editar, a creernos periodistas y artistas inclusive, a creernos el cuento: a darle vida a un cúmulo de ideas y opiniones que, si no fuera por nuestras ganas de cambiar el panorama, seguirían tan quietas y absorbidas como muchos seres que, sin darse cuenta, viven como autómatas, sin abrir los ojos.

Algún día egresaremos, y lo haremos con la satisfacción de no habernos quedado quietos, de que al menos se intentó generar cambios y diálogo. Al menos sacamos varias sonrisas, y eso es tan valorable como saber catalogar acorde a las normas. Tal vez encuentre todo esto muy pedante, señor lector, pero, créanos o no, es el camino que elegimos: Apostamos a tener vida más allá de los estudios, porque tener una postura clara y distinta no nos hace peor profesionales.

Muchos consideran la revista como la voz de sólo un pequeño grupo de estudiantes, y quizá en algún momento lo fue así. Lo cierto es que hoy en día estamos con la mente abierta a recibir nuevas voces inquietas, a entregar un espacio para los que tengan algo que decir, lo digan. Nuestro ideal es dejar un legado y para lograrlo es necesario trabajar sin prejuicios, y estamos dispuestos a trabajar así. Esperamos que usted sea capaz de leernos con alturas de mira, porque Campo 500 deja atrás la edad del pavo y se enmarca en un proyecto más ambicioso y maduro.



Atte. Los Editores de Campo 500


_

No hay comentarios: